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Shivani Lal

Este artículo forma parte de una serie de blogs cuyo objetivo era compartir experiencias de varios proyectos realizados gracias a los subsidios de Todas las mujeres cuentan - ¡Dominemos la tecnología! (AWC–TBTT, por su sigla en inglés). Amor, sexo y tecnología fue uno de esos proyectos, nacido del subsidio que obtuvo Indu Harikumar en 2020.

Solidaridad es poder. La solidaridad es también una herramienta poderosa – para resistir, para compartir las conexiones humanas, generar confianza y reclamar espacios, haciéndolos nuestros.

La naturaleza humana busca conexiones y quiere ser vista y oída. Nos reconforta saber que no estamos solas, o que no somos las únicas que atravesamos silenciosamente  experiencias difíciles que, quizá, no tenemos palabras para expresar.

El proyecto de Indu (la visión es bastante digna) explora las conexiones humanas y también la violencia. El intercambio de experiencias de violencia siembra un vocabulario que nos ayuda a sentirnos menos solas cuando nos sentimos más vulnerables.

A Indu le gusta llamarlo “proyecto generado por la gente”. Se trata de explorar de qué forma las imágenes, las narraciones y la tecnología pueden constituir herramientas para construir y desarrollar un espacio feminista seguro para las sobrevivientes de violencia. La ironía es que las imágenes, el texto y la tecnología se han usado también para perpetrar violencia, como se volvió evidente en los relatos compartidos durante el proyecto.

Qué mejor forma de resistir, reclamar espacio y contrarrestar la violencia que utilizando las mismas herramientas que se utilizan para hacernos daño!

Esta es una idea fuerte, porque nos da esperanza y coraje para seguir avanzando, en lugar de retraernos a la hora de defender nuestro espacio en las plataformas tecnológicas. El proyecto realmente encarna los principios feministas y entreteje con cuidado las hebras del amor, el sexo y la tecnología para asegurar que las personas se adueñen de sus relatos  de violencia por parte de su pareja íntima.

Indu Harikumar es conocida y respetada por ser una de las pocas activistas/”artivistas” de Instagram que creó un nicho en internet a través de ilustraciones, compartiendo historias anónimas de placer, política, deseo y un enfoque feminista de escucha y cuidado, y todo utilizando una plataforma tecnológica.

El proyecto #LoveSexAndTech apuntaba a generar un espacio feminista seguro para que las sobrevivientes pudieran abrirse y compartir sus relatos, y para que pudieran controlar su propio relato; para poder mostrar esas historias, de manera que la audiencia entendiera que no están solas y generar solidaridad; y abrir un espacio de diálogo respetuoso y amable para tratar asuntos relativos a la violencia de género. Una pequeña parte del proyecto se dedicó a ofrecer opciones legales y recomendar organizaciones sin fines de lucro para que las personas puedan recurrir a ellas. Las opciones legales se referían claramente a violencia en línea y no se aplicaban a la violencia fuera de línea.

Indu empezó por publicar un llamado en su cuenta de Instagram - @induviduality -pidiendo que las personas compartieran sus experiencias anónimamente, sobre todo relatos de violencia género utilizando imágenes y violencia por parte de la pareja íntima, que Indu publicaría en su Instagram como ilustraciones. Recibió 11 relatos, pero sólo ilustró ocho. La mayoría de las historias que recibió eran de mujeres cisgénero, pero a veces observó que no eran sólo cisgénero (este puede ser un proyecto en sí mismo!).

Uno de los DM que recibió dice:

“Para alguien que siempre se mete en un infierno por no ser más astuta y ver a tiempo la luz roja, es reconfortante leer que otras personas pasan por lo mismo. Y que quizá, a veces, no es su culpa. Entiendo que tú debes estar pasando momentos muy difíciles; leer y filtrar estos relatos debe ser cansador y desencadenante de emociones. Por favor, no respondas a este mensaje si te parece que requiere demasiado esfuerzo. Pero muchísimas gracias por el trabajo que haces.”


Mientras seguían llegando comentarios, relatos y diálogos, las personas empezaron a expresar lo reconfortante que es saber que no están solas. Se generó una sensación de solidaridad y se dieron cuenta de que la vigilancia de las parejas es algo generalizado. Los instrumentos más comunes para ejercer la violencia son el chantaje, el gaslighting (abuso sicológico) y la culpabilización, que lleva a las sobrevivientes a entrar en una espiral de culpa y verguenza. Se habló del uso creciente de programas espías, por los cuales los acosadores controlan los micrófonos y cámaras de las sobrevivientes.

Indu observó algo interesante: la gente no considera que la violencia emocional sea violencia de género.

Sin embargo, el inicio de un diálogo amable también generó reflexiones fructíferas tales como esta:
Screenshot of a tweet by @MeGupsta (Abhinav Gupta) "Going through @induviduality 's stories on instagram is an eye opening experience. I have ended up asking the same questions to a bunch of friends, sibling and the answers are not far off from what other womxn have responded to her."
(Traducción del tweet: Leer las historias de @induviduality en instagram es una experiencia que te abre los ojos. Terminé haciéndole las mismas preguntas a algunos de mis amigos y  hermanos y hermanas, y las respuestas no fueron muy diferentes de las que le dieron a ella otras mujeres.) 


Indu hizo un enorme esfuerzo para que las personas que compartieron sus relatos se sintieran seguras y escuchadas. No fue fácil. Le preocupaba estar haciendo preguntas que desencadenaran emociones fuertes para las autoras. En algunos relatos, Indu sintió la necesidad de explorar más y le preguntó a las autoras si podía hacerles más preguntas, con la salvedad de que ellas compartieran sólo aquéllo que pudieran contar sintiéndose cómodas.

Ella se abrió y contó sus experiencias de violencia de género por parte de su pareja íntima, y eso hizo que las personas se sintieran seguras y compartieran sus relatos en sus Mensajes directos de Instagram (DM, por su sigla en inglés). Indu manifestó también que se sintió personalmente afectada al escuchar y absorber contenidos tan delicados, y que el proyecto fue “terapéutico y catártico”.

Durante el proyecto Indu se dio cuenta también de que la tecnología y, sobre todo, las redes sociales le ofrecen a la gente un espacio y herramientas para navegar conversaciones a su manera (si dejamos de lado, por un momento, la violencia y el acoso). Supuso que, después de esa llamada, la gente empezaría a enviar grandes relatos por email, pero la mayoría terminó compartiendo su historia a través de DM, en textos breves. Esto nos ayuda a subrayar que la tecnología tiene un enorme papel (de hecho, la tecnología nos da el poder para decirlo) en la parte de cómo vivimos y navegamos los espacios (de hecho, la tecnología nos da la capacidad para hacerlo). Esto apunta al hecho de que la tecnología tiene un papel muy importante en cómo vivimos y navegamos los espacios (de hecho, la tecnología nos empodera para que podamos hacerlo) a nuestra manera – lo que, a su vez, existe bajo amenaza y se encoje constantemente debido a la violencia de género en línea.

Según Indu, es importante explorar el lenguaje para ver cómo nos relacionamos con nuestros sentimientos, y como los entendemos, lo que nos lleva a la acción. A partir de los relatos compartidos, surgió un hilo común: las personas no experimentan violencia/transgresión de manera lineal. Fue esencial contar con un espacio feminista y seguro para que las sobrevivientes pudieran exponerse y compartir su historia, y también para que ellas tuvieran el control de su propia narración. 

Indu siente que logró cambiar algo por el hecho de haberse acercado un poco más a la posibilidad de encontrar un vocabulario sobre la vida íntima de las personas que tenga sentido. Por ejemplo, cuando las autoras dijeron que su pareja era “manipulador, o controlador”, Indu les pidió en cambio que describieran lo que ellos hacían. De esta forma, piensa que la gente puede desarrollar un vocabulario.

Una vez terminado el proyecto, lo importante según Indu es contar con un recurso tecnológico actualizado que las personas pueden usar para confirmar que no tienen programas espías. Para Indu, las guías técnicas son útiles para que cada una pueda aprender a cuidarse a sí misma dando una serie de pasos simples y aprovechando herramientas disponibles en las plataformas sociales, como los ajustes de privacidad, o algunos instrumentos para bloquear a alguien. 

“Confiar en una misma, en la tecnología y las relaciones.”


Illustration of a woman in a jar, she seems to be worried and is holding her head. We can see two hands holding the closed jar. Art by indu @induviduality

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