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Desde 1950, la gente de todo el mundo celebra el Día de los Derechos Humanos el 10 de diciembre para llamar la atención sobre la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Para 2013, los observadores están poniendo de relieve los logros de los derechos humanos de las últimas dos décadas. Este año, la ONU lanzó Libres e iguales, una campaña de educación pública a favor de la igualdad LGBT.

Mandaste fotos sexy a tu pareja y de repente están por todos lados en internet. Gente desconocida se acerca a ti sigilosamente, tu familia se avergüenza de ti, tus amigos te rechazan y tu jefe te despide. Pero eres una persona adulta, y fue simplemente un acto consentido que ambos disfrutaron. ¿Es la abstinencia digital la única manera de evitar que tus imágenes sexuales se difundan contra tu voluntad?

 

O tal vez nunca enviaste fotografías.

En la mayoría de las regiones del mundo, las mujeres pasan más tiempo en línea que los hombres. Aunque somos menos las mujeres que tenemos acceso a la tecnología digital, blogueamos más, enviamos más mensajes de texto y hacemos más compras en línea.

Actualmente hay 200 millones más de hombres que mujeres que tienen acceso a internet. Por un lado, hay mujeres que simplemente no tienen acceso a los dispositivos digitales, pero en otros casos, se desalientan debido a algunas experiencias en línea.

La expresión y la exploración de la sexualidad son temas tanto privados como públicos. A menudo buscamos la privacidad, pero nuestra sexualidad no tiene por qué permanecer en secreto. Todos/as manifestamos nuestra sexualidad en público en diferentes grados a través de nuestras palabras, miradas, gestos, etc.

El consentimiento es un tema polémico, y los espacios digitales lo han complicado aún más. A veces, nuestra sola presencia hace que las personas crean que tienen derecho sobre nuestros cuerpos. En lugar de preguntar, hacen suposiciones basadas en nuestra ropa o conducta. En lugar de preguntar, hacen lo que quieren hasta que decimos no. Y a veces ni siquiera eso las detiene. Usan las manos, armas y cámaras. Si estamos en sus cámaras, se creen que nos pueden compartir con el mundo.

 

A menudo asumimos que conocemos los límites de otras personas.